Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en adultos

En la sociedad actual sigue siendo una condición poco comprendida o llena de prejuicios. No obstante, los especialistas catalogan al trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) como un cuadro neurobiológico definido, que puede manifestarse de forma temprana en la infancia y, en ocasiones, persistir en la edad adulta.

Lejos de lo que se piensa, el TDAH puede ser diagnosticado en un adulto. De hecho, aunque no manifiesten exactamente los mismos síntomas de impulsividad o hiperactividad que los niños, los adultos diagnosticados con TDAH pueden presentar serias dificultades a lo largo de su vida, por ejemplo, tasas de divorcio más altas, entre otras. 

Con el fin de conocer cuáles son los síntomas más comunes de este trastorno en adultos y de qué forma se diagnostica, hemos preparado el siguiente material de interés.

Una afección crónica que aqueja a personas de todas las edades

El TDAH es un trastorno neurobiológico que se inicia en la infancia y que afecta aproximadamente al 6% de niños en edad escolar, siendo uno de los trastornos psiquiátricos más habituales en la población infantil. 

Se caracteriza por la aparición de síntomas de hiperactividad, impulsividad e inatención, que producen dificultades de adaptación al entorno, y  puede persistir más allá de la adolescencia.Diversos estudios epidemiológicos indican una prevalencia de aproximadamente el 4% en el adulto. 

En los adultos, los síntomas del TDAH difieren en su presentación respecto a los que se presentan en la infancia. En los niños los síntomas pueden ser más evidentes que en los adultos que, a menudo, encuentran formas para esconderlos o excusas para compensar determinados comportamientos. 

En los adultos la hiperactividad puede manifestarse como inquietud extrema o como un nivel de actividad que agota a las personas de su entorno. 

Manifestaciones del TDAH en el adulto

Por lo general, los adultos acuden al especialista para tratar patologías que no necesariamente corresponden al trastorno primario, por ejemplo, depresión, problemas de memoria o  determinadas conductas compulsivas. 

En los adolescentes y jóvenes que padecen TDAH, características como la dificultad para permanecer atentos a los detalles, la facilidad de distraerse y la baja concentración se traducen en un impacto negativo en los estudios.

Los adultos, por su parte, acuden al especialista ya que presentan dificultades para organizarse, les cuesta planificar y se olvidan de las cosas. En el entorno laboral, tienen dificultades para iniciar proyectos, les cuesta priorizar los asuntos importantes o centran su atención en una sola actividad. Además, las personas con TDAH pueden ser más propensas a presentar algunas adicciones y comportamientos compulsivos

Conforme pasan los años, pueden manifiestan trastornos de memoria que muchas veces son tratados como patologías propias de la vejez. Además de los constantes olvidos, los especialistas relacionan una mayor vulnerabilidad a los tropiezos por parte de los adultos mayores debido a la falta de atención, los movimientos bruscos y un andar más rápido, todas condiciones inherentes al TDAH. 

Distintos  estudios indican que el TDAH puede tener un componente genético. Los padres y hermanos de un niño con TDAH tiene una mayor probabilidad de presentar ellos también esta condición. Sin embargo, el TDAH es un trastorno multifactorial complejo y, por ello, no está relacionado con un único gen (ni tan solo con unos pocos genes)  

El profesional de la salud  considera el diagnóstico del trastorno por déficit de atención en función del número de síntomas, su gravedad y duración en el tiempo, y de cómo éstos afectan a la calidad de vida de la persona. . Adicionalmente, el médico valorará otros trastornos que pueden presentarse junto con  esta condición. 

Tratamiento del TDAH en adultos

La farmacoterapia supone el tratamiento más recomendado para los adultos diagnosticados con TDAH. Además, los estudios demuestran que sesiones psicológicas realizadas en paralelo, en especial las que son de tipo cognitivo-conductual, son de gran ayuda para tratar el TDAH en estos pacientes.    

Un diagnóstico adecuado es esencial para determinar el tratamiento farmacológico y psicológico más conveniente para el paciente. 

Entre los fármacos utilizados para el tratamiento del TDAH en adultos, se encuentran los psicoestimulantes, como el metilfenidato y la lisdexanfetamina, y los no-psicoestimulantes, como la atomoxetina y la guanfacina. 

Por último, un entorno familiar y social sólidos pueden tener un impacto positivo en la evolución del trastorno, aunque no se ha demostrado que sea más eficaz que el tratamiento farmacológico.