Cómo lidiar con la depresión por abandono
Todas las personas afrontan algún proceso de separación a lo largo de su vida. El sentimiento de abandono suele ser entendido por parte del individuo abandonado como una manifestación de rechazo , generándole una sensación de extremo dolor.
El proceso de duelo para recuperarse del dolor es necesario, pero ¿qué sucede cuando la tristeza no cesa, la melancolía se apodera de la persona abandonada y los pensamientos negativos se vuelven cada vez más recurrentes?
La depresión por abandono puede representar un problema de salud muy grave para la persona que lo padece. De hecho, es considerada una de las principales causas de suicidio a nivel mundial, por lo que resulta indispensable aprender a lidiar con ella.
El esquema del abandono en los niños
Según los psicoanalistas, la ansiedad por separación (o pérdida del objeto de apego) es un sentimiento que se experimenta desde la infancia temprana. De ahí, los habituales llantos del bebé cuando se separa de su cuidador principal (figura de apego), que forman parte del desarrollo normal del niño.
Sin embargo, determinadas situaciones sí pueden dar lugar ala aparición del esquema del abandono en el niño, lo que puede ser determinante para su vida como adulto. Así, por ejemplo, el nacimiento de hermanos menores, la muerte de uno de sus padres o una disminución en la atención, pueden causar un sentimiento de pérdida, abandono y soledad en el niño.
El abandono en la edad adulta
Cuando el niño ha pasado por este tipo de experiencias, es posible que algunos de sus efectos se manifiesten en su madurez. Así, en sus relaciones afectivas tienden a padecer ansiedad, celos excesivos, miedos e inseguridades.
La persona experimenta dificultades para establecer relaciones duraderas, lo que lo lleva a pensar que ninguna relación será exitosa y que, tarde o temprano, fracasará en su intento por formalizar una pareja.
Una de las características más destacadas en sus relaciones amorosas es la idealización de su pareja, sobrevalorándola debido a un sentimiento de inferioridad. El comportamiento posesivo y la extrema dependencia, también son características de estas personas.
Trastorno depresivo por abandono
Una ruptura amorosa trae consigo un proceso natural de duelo, etapa en la que los individuos se recuperan de la dolorosa sensación de pérdida del objeto de apego. El tiempo necesario para superar este duelo es relativo y va a depender de la personalidad de cada individuo.
Ahora bien, cuando dicho proceso de duelo se extiende por un tiempo excesivo o representa un problema de salud para la persona, es probable que nos encontremos frente a un cuadro de trastorno depresivo por separación o abandono.
Este estado depresivo impide que la persona pueda superar su malestar y cerrar el proceso de duelo de forma natural, generando una gran disfuncionalidad. En situaciones más graves, este cuadro puede desencadenar una depresión mayor.
El trastorno depresivo por abandono genera un estado general de tristeza durante gran parte del día, con alteraciones del sueño severas, ansiedad recurrente, personalidad violenta y baja autoestima en la mayoría de los casos.
El individuo experimenta distorsiones cognitivas que intensifican los sentimientos negativos, bloqueando su capacidad de razonar, tomar decisiones y efectuar sus actividades cotidianas con normalidad. Son usuales, también, las conductas compulsivas y una visión aversiva de sí mismo.
Aprender a superar el abandono emocional
La aceptación representa el punto de partida para superar el dolor que produce el abandono emocional por la pérdida del sujeto de apego. Este primer paso consiste en aceptar que la pareja se ha ido y no volverá.
Todas las personas tienen la capacidad de superar esta etapa y es importante que quien sufre el abandono lo tenga en cuenta. En esta fase es importante el acompañamiento por parte de familiares y amigos.
Una vez que la persona logre aceptar la situación vivida y afronte el sentimiento de abandono, se inicia el proceso de aprendizaje, que le permitirá retomar su vida y vivir nuevas experiencias.
Esta etapa implica cambiar ciertos pensamientos negativos por otros positivos, que permitan una apreciación por uno mismo.
La importancia de la ayuda profesional
Cuando los síntomas depresivos son mucho más fuertes y afectan significativamente la calidad de vida de la persona, es necesario acudir al especialista para tratar esta condición.
Existen dos caminos para tratar la depresión: el tratamiento farmacológico y/o la psicoterapia.
El especialista en salud mental determinará la conveniencia de realizar un tratamiento farmacológico en función de cada caso.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina –ISRS– suelen ser los medicamentos de primera elección para el tratamiento de la depresión. No obstante, la elección del fármaco dependerá de la historia clínica del paciente, incluyendo la severidad del cuadro depresivo, sus antecedentes familiares, su respuesta a posibles tratamientos previos, entre otros. En este sentido, para la selección del tratamiento farmacológico más adecuado, la realización de un test farmacogenético puede ser de ayuda en determinados casos.
Durante los primeros días del tratamiento con antidepresivos, algunos pacientes pueden experimentar agitación o ansiedad, por lo que es conveniente una observación estrecha por parte de los familiares más cercanos.
Por su parte, un profesional de la psicología puede determinar una terapia psicológica específica que permita ayudar a superar la situación paralizante y dolorosa. Para ello, el especialista realizará una evaluación del comportamiento cotidiano del individuo y de sus relaciones. El esfuerzo del profesional de la psicología se centrará en identificar y anular los mecanismos de defensa que utiliza la persona con esquema de abandono.
La depresión por abandono puede ser un momento crucial en la vida de todas las personas. Realizar el proceso de duelo con éxito es fundamental para superar esta situación porque, de no ser posible, puede llegar a desencadenar un estado de depresión mayor que requiera de atención profesional especializada.